lunes, 14 de junio de 2010

Solo una vez

Comenzó con un amor suave
ese que hace que
el alma irradie luces
que sin pensar diluye tempestades
eclipsa vanidades
y en el viento detiene los suspiros.

Ese dulce estar no necesita nada
ni aromas ni sabores
ni intensas emociones
ni dolores profundos
celos o posesiones.
Su sal y su pimienta no vienen de la angustia
ni de nocturnos temores.

Amaneció y no estás
pasaste a formar parte del paisaje
de las cosas cercanas y amadas
tan invisible como el aire
tan presente como el dolor sutil que todo lo permea
Ya no pregunto por tu piel
te vuelves intemporal y transparente
diluida en la bruma de la noche
de tan presente te vuelves invisible
y eres el aire y la luz y la alegria
tanto como la noche y la tormenta

Hueles a todas las cosas sin tener
la esencia de ninguna
de solo ser uno ahora lo eres todos
que es lo mismo que no tener esencia

No importa si eres tu
o ella
o la noche
o las estrellas

Si tu aroma lo confundo con la lluvia

por fin estás en todo